20 ago 2019

Las instancias que nos conforman

"Mi padre era nocturno y glaciar.
Mi madre, un trozo de vida y de sol.
A veces la veo recordar, apretando los ojos como un niño apaleado, el dolor de la lacerante indiferencia de mi padre.
La entiendo. Quizás porque a mí me generaba lo mismo, y aún si no hubiese sido así; podría entenderla porque tengo el corazón predispuesto a amar lo que está hecho para ser amado. Y mi madre lo está.
Sin embargo, mi hermana mayor recuerda días más felices. Interludios necesarios frente a la afrenta que representaba la coexistencia de estos dos titanes, visceral y orgánicamente opuestos.
Recuerda a nuestra madre de espaldas cortando verduras para la cena, y a mi padre rodeándola con sus brazos y meciéndose dulcemente.
- En mi tierna infancia - me dice - no notaba lo que hoy noto -
-¿Qué? -.
- Que acababan de hacer el amor -."