Me encanta mirarte dormido
ser el milagro entre milagros.

Me salvo de la muerte,
de mi falta de entrañas con las cuales
abrazarme a la tierra
y danzar mi danza negra.
Me salvo de mi ausencia,
de los días que pasan colmados de lujurias sombrías,
de flores ausentes en tierras heladas,
tiritantes.
Me salvo de tu nombre tachando mi nombre,
de tu cuerpo aplastante
de Dios monstruo.

Amar con fuego eterno,
vuelve a las maderas cenizas,
y a las almas sombras...

Presente.

¿No han sentido que la persona que deseaban ser

se halla encadenada en el fondo mismo de lo que ustedes son,
obedeciendo a un círculo inmutable
que la obliga a mirar, no sin dolor,
todas las veces que nos defraudamos a nosotros mismos?

Me duele ojear el espejo y mirar esta mala parodea
que vive de mi sangre y despedaza en mí "lo bueno"
desterrándome a "lo real".

Acortamos tanto el mundo nosotros solos
sin siquiera cuestionarnos "¿Por qué?"
Viene todos los días a mi mente:

¿Por qué?

...

La gente sangra a diario,
y sufre del alma, de la mente y del cuerpo
y hay días enteros que no puedo moverme por eso
y rezo a mi Dios con auténtica desesperación
y temo que nadie sea capaz de oirme.

El dolor de la humanidad es solo equiparable a su estupidez y crueldad,
y temo a todo ese dolor inmenso ahogándome
desde el centro mismo de mi ser
donde "yo" observo mi existencia
y todo lo que me rodea.

Las letras, como expresión íntima,
me obligan a creer que es posible la comunión
entre mi cuerpo y lo que me habita
y entre mi ser y otros seres.

Necesito de vos, que existas y que decidas leer esto me trae de vuelta. A veces pienso que podría cambiar el mundo si pudiera correr mis ojos del vacío, si pudiera concentrar toda la energía que uso para permanecer cuerda en algo más elevado (si mi cordura ya estubiera garantizada). Como si eso fuera posible...   Algún día...