I y II.

I

Generá un sonido,
una diminuta nota musical
que quepa
en la oreja
del viejo y sordo río
que nos baña hasta las huellas,
desfigurando los ayeres.
 ...

II

Besame con letras
los ojos cerrados,
las muñecas aún palpitantes
o perdete
en mis días que en papelitos multicolores
se arremolinan en tu pelo,
festejándote.

Por vos.

Todas las luces respiran por vos.
Mis faroles intermitentes
no quieren
ni pueden
dejar de alumbrarte.
Sos un desfile interno
de patitas felinas,
sigilosas e inolvidables.

Invierno descalzo.

El luto de las flores nocturnas
oculta colores demasiado vivos
que acarician como seda
tus inmensos ojos de ciervo.
Te observo, para siempre inalcanzable
y pinto estas palabras empañadas
por la bruma.

Atención lector.

Por Dios, no leas autoayuda,
dale crédito a los literatos que estudian
y aún más a los que viven hondamente lo que escriben.
Seamos un poco anarquistas,
y así;
confidencialmente te lo digo:
Hagámonos trizas.

De que sirve leer algo que está escrito para vender
y solucionarle el problema a millones de fulanos sin cara.

Date un poco de crédito a vos también.
Una obra literaria no se termina hasta que vos la lees,
vos también la creas, la re inventas.
Una obra literaria necesita de un lector.

Dejá a las editoriales agarrarse los pelos porque ya nadie les cree
que la solución a su vida la tiene siempre otro.

Creéme, es un mundo inolvidable este.

Notas I

Dios no quiera que el nogal de mi infancia
me vea y me recuerde.
Si supiera que me pasó la vida
moriría por miedo a la muerte.

Notas II.

Y sí,
te llevo en los surcos de las manos
escondido.
Enrojeciendo de golpe
o
mojándome los dedos de penas
que a veces,
solo a veces
escribo;
como acordándome...

A fruto de un pensamiento.

Creo que no hay nada más muerto que una rosa ( ya que es bella y la muerte de lo bello es doblemente muerte).
Se que la rosa está muerta y su lecho está en cada sitio que frecuento.
La rosa era.
Pero no hay nada más definitivo que la muerte, ya que es el cambio obligatorio.
Aún así, la vida burbujea en un cuerpo muerto, y florece hermosamente algo distinto e inesperado.
Por eso alguna vez escribí:
"Brotame en gajos multiformes,
en flores tempranas y furiosas;

pues ya no alcanzo a hervir
 sin la intuición de mi primavera
y anhelo enrarecerte el alma" (...)

 Lo que antes era rosa hoy es rosal
y mañana será abeja y río y monte y cielo y vida y muerte y vida...

"En la vida del que se atreve a amar,
cada labios son los primeros y los últimos,
y puede percibirse, aunque dure lo que dura un sentimiento,
la esperanza infinita del amor eterno."

Adoro la inocencia de la noche
que en su oscura perplejidad
mira mi verde, así, inmensa.